Pensamientos de una chilena.
Cuando no encontraba
la salida
escuché a mi corazón
latir,
él es mi mejor amigo,
el que jamás
me abandona,
cuando lloraba,
él lloró conmigo.
Cuando llegué
al fondo del pozo
paré de cavar.
Seguí la luz
que me guió
al espacio
y al encuentro
con mi infinita
existencia.
Una nueva vida
se me ha regalado
he de aprovechar
la ocasión;
reiré intensamente
recordando el pasado
como experiencia de vida
y no como eterno
tormento.
La vida es convergente,
análoga y relativa
lo único verdadero
y cierto
es la estupidez humana
que condena otras vidas
a la muerte
inmolando el sentimiento
y los efectos.
La dicha infinita
llegó junto al alba,
con la luz del día
y las mañanas soleadas,
miro los montes y los prados
de mi verde valle encantado
dócilmente me tomó en su regazo
haciéndome hija
de esta tierra que me ha hechizado.
Cecill Scott.
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