Es tiempo.
La voz de mis sueños dice
que es tiempo de partir,
que es tiempo de abrir las alas
para vagar por el infinito.
Dejaré que las nubes
sustenten mi cuerpo
y que las aves
jugueteen con mis vestiduras.
En álgida luz,
me envolverá la pálida luna
derramando su llanto
sobre mi cuerpo cansado.
Mis plegarias y oraciones
serán escuchadas,
en fecunda premura,
por la fe de su convicción.
Se apagará la luz de mis ojos
y el sonido de mi voz
se perderá entre las tinieblas
de una existencia feliz.
Cecill Scott.
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